jueves, 27 de junio de 2013

AHORA NOS TOCA A NOSOTRAS LAS MUJERES...



Hoy conversando con un amigo muy querido, me di cuenta por que los hombres piensan que estamos locas. Podría sonar gracioso y muchas veces lo hemos convertido en una realidad. Sin embargo, esto es el resultado de nuestra ceguera espiritual.


Creemos tener siempre la razón, como dice mi esposo “siempre que discutas con una mujer vas a salir perdiendo, porque termina de una u otra forma teniendo la razón”. Acepto haberme sentido halagada por esas palabras, sin embargo, hoy que lo escucho de labios de mi amigo puedo ver lo desesperados y preocupados que los dejamos por cada arranque que tenemos.


Quisiera recordar absolutamente todo lo que hablamos, pero las palabras exactas no las recuerdo, sólo sé que en muchas de las actitudes de ella hacia él me vi reflejada también yo.



1: EL DESINTERÉS DE ELLA POR LAS PASIONES DE ÉL.

Tantas veces me he escuchado y he escuchado otras mujeres sufrir porque el otro no nos comprende, porque el otro muestra frialdad ante aquello que para nosotras es importante, ya sea nuestra carrera, nuestros amigos, nuestra familia, hijos, trabajo, etc. Pero cuando nos toca estar del otro lado, nuestros niveles de exigencia  confunden a nuestras parejas, queremos ese interés pero las cosas de ellos se nos hacen una tontería. ¿Cuántas no hemos vivido eso y aparte lo hemos hecho saber de la peor forma?... Con un simple NO ME INTERESA,  estamos cerrando las puertas de la comunicación con ellos, ya que después no saben qué platicarnos,  y luego nos quejamos que nuestros esposos, novios o parejas ya no platican con nosotros.


Creo que aquello que nosotros anhelamos es lo mismo que debemos comenzar a sembrar, me dolió verme reflejada en el relato de mi amigo, me dolió ver reflejada a tantas mujeres ahí, que creemos todos los hombres son de lo peor, pero realmente sólo nos ponemos en la silla de la queja y la desilusión, lamiéndonos las propias heridas, teniendo autocompasión y viviendo a lo que venga. Ilusionándonos y desilusionándonos a cada instante, sintiendo el fracaso en cada etapa de nuestra vida, pensando que si las condiciones cambiaran todo mejoraría. 

Querida amiga, te tengo una noticia, la cual aprendí a base de choques, y es que ni aun cambiando las circunstancias nuestra frustración se va a ir, y es porque no tenemos bien ubicadas las prioridades,  porque hemos hecho símbolos “positivos” de la femineidad dioses de la vida misma. Cosas que si no están, ya no podemos ser felices. Criterios tan altos de llenar que ningún hombre se hace merecedor de nuestro amor, así que crecemos llorando por dentro pero haciéndonos las fuertes y presumiendo esa fortaleza en cada momento.   Quiero mencionar, que lo anterior no es una actitud generalizada, hablo de aquellas mujeres que ya estando en una relación, tomamos comportamientos que no nos ayudan a fortalecer la misma. Tomemos conciencia que fuimos creadas con un propósito, y que se nos quiere mostrar grandes cosas, que no podremos ver si no bajamos la guardia. Dejemos de temer y amargarnos por lo que creemos deberíamos tener y no tenemos, no significa que nunca lo tendrás, pero hay cosas que se consiguen a base de trabajo, tiempo, esfuerzo y una consciencia de que no somos omnipotentes.