2: LA POCA SENSIBILIDAD AL
EXPRESAR LO QUE DESEAMOS O LO QUE PENSAMOS
“La blanda respuesta quita la ira: Mas la
palabra áspera hace subir el furor. La lengua de los
sabios adornará la sabiduría: Mas la boca de los necios hablará sandeces.”
PROV. 15:1-2
En ocasiones, cuando no nos
sentimos escuchadas, y quizá vemos todos nuestros esfuerzos frustrados, nos hacemos escuchar de la peor
forma: desacreditación, gritería, humillaciones, silencios, sarcasmos e
ironía ¿te suena?
Debemos de entender que el enojo
es normal, y no dudo que muchas veces haya buenas razones para enojarte, y
quizá hasta se tenga que hablar muy firme sobre algún tema para poner límites.
Sin embargo cuando las reacciones que te mencioné se convierten en hábito
pueden llegar a ser un grave problema.
El problema proviene en que son
reacciones basadas en una EMOCIÓN. Recordemos
que las emociones son impulsos para actuar, son reacciones instantáneas.
Entonces, tomar decisiones o actitudes con un trasfondo momentáneo nos va hacer
vivir una vida inestable.
Y créeme, vivir una vida
inestable es de las peores cosas que podemos hacer, conlleva el perder algo que
Dios nos dio, que es el PODER Y DOMINIO
PROPIO.
Ayuda el darte un espacio, un
tiempo fuera, en donde puedas salirte por unos momentos de la situación que
causó tu enojo, y busca la raíz de esa molestia. Sé sincera contigo misma y mira
si la razón de tu enojo es válida y cómo puedes hacer para solucionar el
problema. Recuerdo el consejo de un profesor de la universidad: “EL PROBLEMA SE PIENSA UN MINUTO, DESPUÉS
BUSCA TODAS LAS SOLUCIONES POSIBLES”.
Es ahí, en la paz, en que puedes tomar una
decisión sabia, ahora busca expresarlo de la misma forma, en PAZ.
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