Glorias
Pasadas
Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio
del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses
3:13-14
A
pesar de no saber como comenzar estas líneas o cómo manejar la introducción, sé
que quiero ser concisa y espero que esto que les puedo compartir sea de gran
aprendizaje como lo acaba de ser para mí.
En
una conversación bastante profunda con un anónimo, me comentaba el sentirse a
medias, a pesar de tener “todo aquello que deseaba”. Lo pongo entre comillas
porque al hacer unas preguntas, ésta frase cambió rotundamente. La pregunta del
millón de dólares, ¿qué quiero? ¿a dónde voy?. Quizá podamos contestar un
“quiero lo que Dios quiere”, pero ¿qué hay cuando la realidad de nuestro
corazón difiere a lo que nuestra parte “racional” habla?
Muchos
de nosotros llegamos a sentir esa breve frustración por no poder hacer las
cosas que hacíamos antes. Conforme vamos creciendo vamos adquiriendo
responsabilidades diferentes, las cuáles nos llevan a cambiar nuestro ritmo de
vida, quizá antes salías todos los sábados con los amigos y podías estar hasta
las 8 am platicando bobada y media, y ahora te la pasas en tu cuarto estudiando
hasta la madrugada para presentar ese examen o ese trabaje trabajo tan
importante. Y uno piensa en “me volví aburrido”, quizá hasta la misma gente que
te rodea te cuestione y reafirme la idea de que ahora estas chocheando.
Estas
cosas nos hacen querer volver a esos momentos de “diversión”. Y muchos entran
en la crisis de “Peter Pan” y vivir en el mundo de “Nunca Jamás”. Pero la
realidad es otra, y es que esta mentalidad no nos permite ver hacia delante,
por voltear a las glorias pasadas no vemos la meta que está frente a nosotros.
No disfrutamos ni valoramos aquello que Dios nos da y nos permite vivir hoy, y
si seguimos así no disfrutaremos lo que nos de mañana, y no me refiero a cosas
materiales, sino a aquellas cosas que permanecen a través del tiempo.
Es
por eso que estas palabras de Pablo, nos recuerdan que el lugar del pasado es
ahí atrás. No lo convirtamos en una carga más.
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